Bueno, bueno, bueno, este librito se lee en un rato y resulta fascinante. Es una pieza en cuatro actos, muy sencilla de leer y de una gran fluidez. Vuelas sobre sus páginas y al final te quedas satisfecho, pero no renunciarías a un poco más.
Dos personajes que dan nombre a la obra: el Capitán ("torturador") y Pedro (torturado). Se plantea como un acercamiento a la psicología de ambos roles. La tortura que sufre Pedro se hace palpable, pero no aparece como tal. Sí se habla de torturas y daños a terceros e incluso a él mismo, pero como algo externo que ocurre fuera de la sala de interrogatorios donde se desarrolla la escena.
La "lucha" que se da entre ambos personajes se convierte en un pulso de tú a tú donde los hechos van dando giros interesantes y se arrojan puntos de vista que te hacen sonreír —a veces por la certeza cruda de las sentencias, a veces por la agudeza del uruguayo—, que enganchan realmente.
Durante los cuatro actos se da una evolución de ambos personajes, quizá con una posición más radical, quizá más sensible en algún caso.
Pedro usará el silencio como su mejor arma y, más tarde, sus recursos como puente de "salvación". Creo que ambos personajes se complementan a un nivel muy rico que va más allá de lo que puede leerse como tal; se lee también entre líneas y resulta placentero y divertido, dentro de lo que cabe.
Es una obra breve que deja muy buen sabor de boca.
Muy recomendable.
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