viernes, 19 de abril de 2013

«Gracias por el fuego», de Mario Benedetti.

                                   «Gracias por el fuego», de Mario Benedetti.
 

La primera parte de esta novela es una escena de un grupo de uruguayos en un restaurante estadounidense, donde se dedican a criticar y a quejarse de su país hasta que les llaman informando de que ha habido una catástrofe. Entonces la visión cambia, casi se arrepienten y el rubo de la escena gira sensiblemente; al cabo de un rato se enteran de que la catástrofe no ha sido tal, e intentan volver a lo suyo.

Tras esta introducción, Benedetti pasa a centrarse en la historia de Edmundo Budiño y su hijo Ramón. El padre (que en poco tiempo pasará a pegar un buen cambio, punto clave en la novela, y pasará a ser el Viejo) representa, en parte, lo peor de su país. Edmundo es dominante, poderoso, rico, influyente...

"Todo" lo que tiene Ramón viene, de alguna manera, del Viejo. Y eso tiene que cambiar.
En el desarrollo de la historia Benedetti tejerá también una rica tela en torno al hermano de Ramón, la mujer de éste (de la que Ramón está enamorado), el trabajo de nuestro protagonista, alguna amante tanto de él como del propio Viejo; todo con la maestría de la que, de nuevo, el uruguayo hace gala en esta interesante novela.

Ramón está sometido a su padre desde que éste cambiara tan radicalmente de actitud; tiene que matarlo. Es la única salida, la única escapatoria, la puerta a la libertad tanto para él como para su familia y, además, será la prueba de que no sólo ha vencido a su padre, sino también a lo que tan poco le gusta del país y su entorno.

Recomiendo con mucha, mucha efervescencia, esta novela. Creo que, al margen de mi especial predilección por Benedetti, es una historia que en manos de algún otro podría tornarse tediosa y muy poco original, pero cobra aquí una forma sumamente atractiva, con sentencias que golpean, con pequeñas reflexiones que va desmigajando y dejándote a su paso un buen sabor de boca. Tenemos personajes bien definidos y, en fin, el juego con un todo que, casi con seguridad, no dejará indiferente a nadie.

 Aviso: Benedetti es adictivo.

1 comentario:

  1. Estaba hoy leyendo poemas de Benedetti, mira tú por donde. Me lo apunto para verano.

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