Este libro me encanta; me llego a sentir identificado, salvando las diferencias.
Se sitúa en el Londres de finales del siglo XIX ("18...").
Utterson
es un abogado amigo del doctor Jekyll, que será la pieza que
sirva para ir aclarando la madeja en torno a Jekyll y Hyde.
Utterson,
en sus paseos dominicales con su amigo Enfield, empieza a entrar en
contacto con la historia de su gran amigo, el doctor Jekyll, que
mantiene una extraña relación con un tal Mr. Hyde, un ser misterioso y
escurridizo.
Stevenson hace aquí una aproximación al interior del
ser humano, a la lucha entre el bien y el mal, a esa balanza más o
menos equilibrada que hay en cada uno, al gozo que produce el mal, la
atracción a lo prohibido, lo inmoral.
El relato podría encajar
en distintos géneros, quizá como policíaco, quizá tenga una pequeña
parte de ciencia ficción, quizá... Pienso que eso es lo de menos. La
narración y las descripciones son brillantes, y el trasfondo reflexivo y
ese trastorno disociativo de la identidad dan mucho juego en el campo
del interior de cada persona, de sus pasiones, inclinaciones,
temores, deseos, voluntad.
Sin duda, una obra imprescindible y, ante todo, entretenida y nutritiva.
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