domingo, 25 de enero de 2015

«Autobiografía sin vida», de Félix de Azúa



   Quizá contenga esta obra una maravillosa muestra de una historia sin historia, sin exceso, que logra —así despojada de paradas concretas y anecdóticas, liberada, de alguna forma, de ataduras biográficas particulares— un paso por las imágenes de un mundo común a muchos. Su mirada vuela y analiza, aunque sea más o menos de pasada, el entramado de historia, arte y literatura que configura al fin la representación del mundo y la vida de tantos individuos ubicados en un contexto necesariamente relacionado y hasta cierto punto común. Así, esta obra —relato-ensayo, ensayo-relato con algo de poética—, al desprenderse de una visión demasiado focalizada, toca la vida de todos los que anduvieron o andan inmersos en ese paisaje visual y lingüístico que va cambiando —sufriendo cambios, tensiones, diría— lenta pero incesantemente y que condiciona nuestro ver y entender el mundo, nuestro vivir el mundo. Es decir que, de alguna forma, entiendo, Azúa realiza una depuración de fondo para llegar a una especie de pureza (un acercamiento a la abstracción) y lanzar desde allí la mirada a una historia (la nuestra) llena de símbolos y significados que ha llegado a ver la defunción del Arte, suceso del que, más que advertir, sencillamente se informa (y se explica).

   Al final, lo que queda es la estela, el rastro, pero no podemos obviar que en ese rastro se halla lo fundamental, lo más significativo (quizá lo único); no podemos pasar por alto que para llegar a conocer verdaderamente ese transcurso hay que posar la mirada en los lugares adecuados, y esta lúcida obra prescinde precisamente de lo que la haría desviarse de su objetivo, pasea de forma brillante por ese espacio que habitamos y se proyecta con inteligencia sobre el sustrato que más tiene que decir.


2 comentarios:

  1. Siempre tuve una asignatura pendiente con este hombre. ¿Por dónde empiezo? Se me hace inabarcable. Un abrazo, Nacho :)

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  2. Es lo primero que leo de él, así que no sabría decirte. También yo lo tenía pendiente y compré hace unos días éste e "Historia de un idiota contada por él mismo". Tanteo el terreno un poco a mi aire.

    Abrazo y medio.

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