lunes, 5 de enero de 2015

«El juego del revés», de Antonio Tabucchi



   Leer a Tabucchi suele ser una apuesta segura, dentro de lo que cabe. El italiano tiene siempre recursos y escribe como si fuera fácil. Si no hay historia, la hace, y si tiene que ahondar en la que hay, también lo puede hacer. La escritura es muy ligera y atractiva —Tabucchi siempre lo es—, los relatos van avanzando hasta llegar a un punto donde giran y las cosas cambian, pasan a ser lo que son, supongo. La perspectiva cambia; el relato no. Es el juego del cambio, de la confusión, de las dos caras de un mismo suceso, de estados distintos, incluso diría que de conciencias; casi un juego de espejos, pero mucho más ligero y desconcertante. Parece que tuviera algún tono borgiano, pero desde luego no es lo mismo. Ver y escuchar y sentir como ven y escuchan a uno, ya casi espectador. Llegar, mediante un camino indirecto, a descubrir —o a que se nos presente por sorpresa— la otra cara de lo mismo, y de alguna forma comprender que para captar lo primero se debe contar también con lo segundo, a pesar de la desorientación. 
   Con todo, estos relatos me han parecido menos vivos que otros escritos suyos, quizá demasiado proyectados y sintetizados en un punto concreto. Sea como sea, su voz es inconfundible, aun cuando se disloca y adopta diversas visiones para jugar con lo literario, y vuela con gracia por encima de tantos otros. Ya dije que suele ser una apuesta segura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario