Una anciana, viendo próximo el fin de su vida, decide escribir una carta (una serie de cartas continuadas) donde habla a su nieta de una forma que, hasta entonces, no había sido posible: sinceramente, desvelando los misterios de su propia vida y la de su hija (así, a su vez, la de la propia nieta). Surge así un último intento, un coletazo casi a la desesperada, de recomponer una relación fracturada y poner un final consolador a la vida de la propia remitente. La expresividad y lo ameno de la lectura hace que las páginas vuelen en nuestras manos. No es una lectura difícil; puede incluso que a ratos dé la sensación de recrearse demasiado en lo mismo o que a veces falte velocidad. Asumo también que el objetivo del asunto no iba más allá, no peca de aspirar a algo que no alcanza.
Como decía, la lectura corre con fluidez y los detalles, experiencias, recuerdos (nostálgicos, a veces a duros, a veces más tiernos) y la cercanía de la escritura conforman una obra bastante decente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario